El hombre del verano según Gaultier, Mabille y Vuitton
Las firmas proponen lucir los músculos, pectorales, brazos y en algunos casos también melena, según se vio desde las pasarelas de París.En materia de estilo hubo dónde elegir, desde los bañadores con tirantes de principios de siglo XX de Mabille a los trajes grises con chaleco pero sin camisa vistos en Gaultier.
El modisto francés que hoy presentó sus ideas inspiradas en México, Hawai y el mundo marino dentro de un montaje tan teatral que era real, pues invitó a su público a una verdadera sesión de ventas, con compradores incluidos.
En los enormes salones de doble techo del palacio donde Jean-Paul Gaultier tiene su sede central no hubo esta vez su larga y casi interminable pasarela habitual, sino una sala de trabajo, con colgadores y probadores a la vista, que permitían ver incluso cómo los modelos se iban cambiando de ropa.
Con gran visión práctica, las grandes estrellas de la sesión fueron los compradores, procedentes de Japón, del Reino Unido o de Francia en su mayor parte, confortablemente sentados en sus mesas de trabajo rodeados de catálogos, ordenadores y hojas de pedidos.
Mientras tanto, las prendas aparecían numeradas con pequeñas etiquetas bien visibles en la espalda y sus portadores salían a la pista de trabajo al son de una voz que diríase era la del propio Gaultier, haciendo un breve resumen de cada conjunto.
Además de la inspiración mexicana, visible en historiados laterales y detalles bordados, de la hawaiana aparente en bermudas portadas a menudo con elegantes americanas y conjuntos floreados, Gaultier buscó igualmente inspiración en el mundo marino, por lo que en verano 2012 tampoco faltarán las rayas que son uno de los distintivos básicos de la casa.
Hubo igualmente tres cuartos transparentes, jerséis azul marino adornados con minitopos blancos, pantalones de piel de cocodrilo, o negros con faldas ad hoc plisadas hasta las rodillas; chalecos con pequeños calados, a veces blancos sobre traje pantalón azul claro; y chaquetas de cuadros de diferente tamaños y colores.
Los cuadros más pequeños serán rosas, verdes y celestes y se combinarán con blanco. Lo de mayores dimensiones serán escoceses, de tonos invernales, verdes y granates, pero estampados sobre prendas de ligereza estival, del pantalón a la parka o el jersey.
La elegancia máxima vino del esmoquin de chaqueta corta cuyo delantero se sujetará introduciéndose dentro del pantalón para dejar junto con la camisa abierta sin botones una escotada V sobre el pecho. Aquí pelo corto y engominado.
Lo que no impidió al amante del hombre con melena que es Gaultier hacer portar ciertas creaciones por modelos de belleza sumamente ambigua, ultrafemenina.
El modisto Alexis Mabille ofreció al hombre estival un ambiente también marino, lleno de bañadores y albornoces, en busca de elegancia y de confort, que vestirá las ocasiones especiales de esmoquin negro y azul noche.
La firma surcoreana Juun J. dio igualmente a bíceps y tríceps un papel principal, en camisas de cuadros sin mangas en tonos grises y amarillos, sobre pantalones blancos, o en conjuntos enteramente blancos de pantalones anchos y chaleco hasta las rodillas.
Con Vuitton, además de elegantes pantalones cortos marinos sobre camiseta blanca, o deportivos negros bajo chubasquero, podrá lucirse pierna gracias a conjuntos de short de cuadros rojos y verdes a juego con bufanda.
La firma organizó su desfile el mismo día en que inauguró su nueva exposición, “Trans-Figurations Indonesian Mythologies”, en el Espacio Cultural situado sobre su boutique.
Desde allí aspira a impulsar escenarios artísticos emergentes, en este caso el de “una nueva generación enérgica y efervescente de artistas indonesios”, procedentes de un país formado por más de 17.000 islas pobladas por 240 millones de habitantes, que es el cuarto más poblado del planeta, recordaron sus promotores.
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