Green Day: la adolescencia interminable
La banda californiana liderada por Billie Joe Armstrong se presentó por segunda vez en nuestro país ante 35 mil personas.
Que somos mejores que Brasil. Que somos mejores que América. Que este es el mejor show en la historia de Green Day y que somos el mejor público. Billie Joe Armstrong es un adulador, y es uno muy bueno porque convence a pesar adaptar sus elogios a cada país que visita. Es la segunda pasada de la banda por la Argentina. La primera fue hace 12 años, antes de que el trío se reinventara exitosamente para toda la generación 2.0.
35 mil personas, la vieja y la nueva escuela llegaron en patotas familiares atraídas por alguna de las contracaras de esta transformación: la apatía humorística que los hizo íconos fundadores del pop-punk de los 90 y el activismo sloganero de ambiciones operísticas que comenzó en 2004 conAmerican Idiot. Ya estaba la advertencia: para explayarlo todo, Green Day se iba a tomar ¡tres horas! ¿Cómo se sostiene un setlist kilométrico? Ellos saben. Principalmente BJ, un adolescente de 38 años. Un hiperkinético adorable con un histrionismo de sesenta caras por minuto. Su arenga fue constante y, gritó "Argentina" y "Buenos Aires" en cada canción, pidió palmas, se puso cuernitos, orejitas y sombreros. Repartió remeras con una pistola que apuntaba hasta las filas más lejanas. ¡Ah! y mostró el culo. ¿Demagogia? A la chica que se subió al escenario y le plantó un chupón a su ídolo no le importó. A la otra que se llevó la guitarra por cantar horriblemente "Longview", tampoco. Y el otro fan que tuvo la posibilidad de imitarlo, nunca fue tan feliz en su vida como cuando desnudó sus nalgas ante 70 mil ojos. Say no more. ¿Y a los viejos? La banda se los puso a todos en el bolsillo.
Fueron 37 temas de casi toda la discografía, junto con los éxitos de sus últimos opus multiplatinoAmerican Idiot y 21st Century Breakdown, y buena parte del clásico que todos querían volver a escuchar, Dookie. Además: dos medley relativamente random con covers de "Sweet Child O´ Mine", "Highway to Hell", "Break On Through", "Satisfaction", "Hey Jude", "Shout" y la musiquita de persecución de Benny Hill. En todos ellos, Billie, el bajista Mike Dirnt y el baterista Tré Cool intercambiaron lugares, y se disfrazaron junto a los otros músicos que complementan al trío: el guitarrista Jason White y el tecladista Jason Freese, que apareció también como un Elvis gordo y saxofonista. Por si había alguien que creía que la banda se estaba tomando a sí misma demasiado en serio.
"¿Highlights? Todas las canciones", confirma ahora BJ desde el Twitter de la banda. Resulta que sus elogios son reales. Es oficial: para Green Day, el de Argentina fue el mejor show de su historia. Habrá que creerle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario