Seguir famosos en Twitter es mala idea!
Por Carolina Aguirre
Cuando yo era chica y no había Internet, no nos quedaba más remedio que comprar revistas extranjeras a precios irrisorios para conseguir fotos de nuestros galanes preferidos.
Ahorrábamos todo el mes para conseguir el póster central de los Guns N´ Roses que venía en laBravo alemana o para comprar un pasquín con la última entrevista del grupo que, luego de leer diez mil veces, pegábamos con contact en la carpeta. El summum era (o hubiera sido, porque casi nunca pasaba) verlos en vivo y en directo, que nos saludaran, poder preguntarles algo de lo que debatíamos con nuestras amigas todo el tiempo: "¿Es verdad que cuando eras chico usabas anteojos y estabas lleno de granos?" "¿Te gustan las rubias de rulitos?" "¿Por qué tenés un tatuaje en forma de corazón?" Pero la verdad es que sólo lo conseguían las tenaces que los esperaban a la salida del canal durante todo el año.
Por eso, el año pasado, cuando los primeros famosos abrieron su cuenta en Twitter, lo primero que pensé fue qué suerte tenían las adolescentes de hoy en día que podían hablar con sus ídolos sin intermediarios. ¡Si están todos ahí! Los lindos, los prestigiosos, los distantes, los nacionales, los extranjeros, los jóvenes, los que mienten con la edad. Todos ahí nomás, a un clic de distancia, listos para recibir el "te amo" que antes le gritábamos a las revistas desde la cama. Te amo, Flavia. Sos un bombón, Gonzalo. Osvaldoooooooo, sos el amor de mi vida. Alex, tu música romántica me hace soñar.
Y quizás por eso también fue que apenas volví a Twitter (tuve en 2007 y me resultó soporífero) seguí algunos famosos al azar. Tres actrices, varios periodistas de TV, conductores cancheros, locutores de radio, un poco de todo. Por suerte, el morbo me duró dos días antes de transformarse en espanto y desilusión. Ahora sé que no se puede seguir famosos en Twitter, y menos si los amaste cuando eras chico. Twitter acercó a nuestros galanes y heroínas a la vida de la gente común pero también corrió un velo, los hizo vulgares, espantosos, dejó todas sus miserias a la vista como una vieja a la que el viento le levanta la pollera.
En Twitter los famosos no brillan en la alfombra roja ni sonríen con dentaduras impecables. En Twitter apren.dn,a?.usar,ls.signosde puntuacin,,,, se van "urjente para el ensallo", ¡¡¡¡¡ponen doscientos signos de admiración en cada frase!!!!!, o usn abrevsions d cel adolesent.
Twitter pone en evidencia que ese galán que hacía siempre de millonario sofisticado en las novelas, en la vida real escribe "desepsion", "buena honda" y "antojadisa". Que esa actriz que descollaba en el San Martín por la noche mira a Tinelli y comenta cómo tienen de caído el culo algunas vedettes. Que la animadora infantil que amaste toda tu infancia dice imbecilidades todo el día, cita a Osho, y retwittea los halagos que le dejan para que los vean todos sus seguidores.
Se los digo, muchachos y muchachas, seguir una estrella en Twitter es una desilusión enorme que fulmina los recuerdos más cholulos de nuestra infancia. Nos arruina la foto que nos sacamos en Telefé cuando fuimos a una tribuna y nos enturbia la fascinación que sentíamos por la telenovela de la tarde. Seguir famosos en Twitter es mala idea. Es como ver a Rita Hayworth sin dentadura, aMarilyn Monroe babeando la almohada, a Joan Crawford sin la peluca en la cabeza.
Buenísima la nota! genia total! me pasó exactamente los mismo.
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